El comercio transpacífico se desacelera entre Estados Unidos y China

El distanciamiento económico entre Estados Unidos y China avanza rápidamente, resultando en una notable reducción de las exportaciones e importaciones transpacíficas. La información del Departamento de Comercio de EE. UU. destaca que las importaciones procedentes de China se redujeron en un 25% en el primer semestre de 2023, elevando a México como principal socio comercial de Estados Unidos durante ese periodo.
Esta tendencia no solo se atribuye a la fricción política entre ambos países, sino también a desafíos globales como las interrupciones de la cadena de suministro derivadas de las rigurosas políticas “cero-COVID” de China y a las restricciones de EE. UU. sobre las exportaciones de semiconductores y otros bienes tecnológicos a China.
Las empresas estadounidenses, como HP y LEGO, han adaptado sus cadenas de suministro, reflejando un esfuerzo por minimizar riesgos y acercarse más a los consumidores. Por otro lado, las inversiones extranjeras en China han descendido, evidenciando que otros países asiáticos están expandiendo sus exportaciones a Estados Unidos, beneficiándose de la situación actual.
El panorama cambia cuando observamos el comportamiento de los principales actores europeos: Francia y Alemania han mantenido sus niveles de importación pre-pandémicos con China. Aunque el volumen comercial entre China y EE. UU. alcanzó su máximo en 2017 con más de 600 mil millones de dólares, la reciente dinámica global ha obligado a reevaluar estas cifras. Mientras tanto, las declaraciones de Li Xingqian, del Ministerio de Comercio chino, reflejan la gravedad de la situación, subrayando que “La situación del comercio exterior es extremadamente grave”.
El conflicto comercial entre EE. UU. y China, que comenzó en 2018, se vio interrumpido por la pandemia global que se originó en Wuhan, China, complicando aún más las relaciones bilaterales.