Preocupaciones sobre las relaciones bilaterales entre EE.UU. y China tras la visita de Antony Blinken

El viaje del secretario de Estado Antony Blinken a China plantea preocupaciones sobre la posibilidad de que el gobierno de Joe Biden cometa otro error diplomático. Aunque Blinken insistió en mejorar las relaciones y mantener abiertas las líneas de comunicación, las expectativas no son optimistas. Gordon Chan, abogado, columnista y autor del libro “The Coming Collapse of China”, recordó a Biden que están tratando con un Estado totalitario.
Xi Jinping y Biden tienen varios asuntos pendientes, incluyendo la competencia tecnológica y armamentística, el espionaje del Partido Comunista, los informes de esclavitud y abusos contra minorías religiosas en China, y la discrepancia sobre Taiwán. Sin embargo, la Administración Biden ha adoptado una postura diplomática más suave en comparación con la anterior gestión de Donald Trump, lo que ha generado preocupaciones sobre la falta de firmeza frente al comunismo chino.
Expertos advierten que Xi Jinping podría optar por caminos que podrían conducir a un nuevo conflicto global, utilizando métodos de guerra asimétrica como el terrorismo, el espionaje o la desobediencia civil.
Durante el viaje de Blinken, las reuniones con los funcionarios chinos evidenciaron que hay muchos problemas por resolver. China dejó en claro que las relaciones con Estados Unidos están en su nivel más bajo y se hicieron peticiones para no interferir en el progreso científico chino, levantar sanciones unilaterales ilegales y no especular sobre la “amenaza china”.
Aunque Blinken afirmó que Estados Unidos no pretende “contener” a China y mencionó los beneficios de un compromiso económico sólido, las tensiones persisten en el ámbito político. El tema de Taiwán es especialmente delicado, con Xi Jinping insistiendo en apoderarse de la isla y Blinken afirmando que Estados Unidos no respalda su independencia.
Esta declaración ha generado controversias debido a las políticas contradictorias y el apoyo militar brindado a Taiwán. A pesar de las tensiones, Estados Unidos se adhiere a la Ley de Taiwán, que no reconoce la independencia de la isla pero se compromete a ayudarla a defenderse. Sin embargo, existe preocupación sobre la postura flexible de Estados Unidos ante amenazas externas.